lunes, 4 de noviembre de 2013

Voces contra culturas y grupos humanos violentos




 
Si aparece propaganda en el video, dar clic izquierdo sobre la misma, en el signo “X” de alguna de sus esquinas. Si la velocidad de conexión de la PC es baja, puede demorar en cargar la imagen. Para activar subtítulos en español dar clic sobre las letras “cc” en la parte inferior del cuadro de video.



VOCES CONTRA CULTURAS

Y GRUPOS HUMANOS VIOLENTOS
 
Wafa Sultan (en árabe وفاء سلطان, nacida en 1958 en Baniyas, Siria) es una conocida autora y crítica del Islam. Sultan se formó como psiquiatra en Siria y actualmente posee la ciudadanía estadounidense.

Sultan nació en el seno de una familia musulmana sunita en Baniyas, Siria.  Actualmente reside en Los Ángeles, California. Emigró a los Estados Unidos en 1989 y ahora es una ciudadana naturalizada. Sultan se hizo conocida desde el 11 de septiembre de 2001 por su participación en los debates políticos sobre Oriente Medio, con ensayos ampliamente distribuidos y algunas apariciones en la televisión Al Jazeera y CNN.

El 21 de febrero de 2006 formó parte en un debate del programa “La dirección opuesta” emitido por Al Jazeera. Habló desde Los Ángeles, en un duro enfrentamiento verbal con el conductor del programa, Faisal al-Qassem, y con Ibrahim Al-Khouli sobre la teoría del choque de civilizaciones de Samuel P. Huntington. Los seis minutos de vídeo fueron subtitulados y ampliamente distribuidos por MEMRI y por medio de correo electrónico, El The New York Times estima que el vídeo se ha visto al menos un millón de veces. En este vídeo criticó el tratamiento de los musulmanes hacia los no-musulmanes, y por no reconocer los logros de los judíos y otros miembros de las sociedades no musulmanas en el aprovechamiento y uso de sus riquezas y la tecnología.

Sultan actualmente está trabajando en un libro llamado “El prisionero escapado, cuando el dios es un monstruo”.

Analista política

Sultan describe en su tesis que "el Islam pierde en una batalla entre la modernidad y la barbarie". Ha recibido amenazas telefónicas,  pero también elogios de los reformistas. Entre sus comentarios, señaló que "ningún judío se explotó a sí mismo en un restaurante alemán".

Sultan considera que "El problema con el Islam está profundamente arraigado en sus enseñanzas. El Islam no es sólo una religión. Islam es también una ideología política que predica la violencia y su programa se aplica por la fuerza." En un debate con Ahmad bin Muhammad, dijo: "Sé que estas enseñanzas distorsionadas son terroristas y matarán a la humanidad".

Sultan declaró que se sintió conmocionada por el secularismo da las atrocidades cometidas en 1979 por extremistas islámicos de la Hermandad Musulmana contra personas inocentes en Siria, incluyendo el asesinato con ametralladora de su profesor, Yusef al Yusef, un oftalmólogo de fama internacional, en su aula ante sus ojos en la Universidad de Alepo, donde estudiaba medicina. "Dispararon cientos de balas sobre él, gritando, 'Alá es grande! En ese momento, perdí mi confianza en su dios y empecé a cuestionar todas nuestras enseñanzas. Fue el punto de inflexión de mi vida, y me ha llevado a este presente. Tuve que parar. Tuve que buscar otro dios."

En 2006 Wafa Sultan fue nominada en Time Magazine en la lista de las 100 personas más influyentes del mundo "cuyo poder, talento o ejemplo moral está transformando el mundo."  "Time" dijo que "la influencia de las corrientes de su voluntad de expresar abiertamente opiniones críticas sobre el extremismo islámico que son ampliamente compartidos, pero rara vez dadas a conocer por otros musulmanes."

Sultan sostiene en un conocido "hadiz" que repite como muestra espeluznante de la crueldad de los musulmanes contra la mujer:
"El paraíso de la mujer musulmana se encuentra bajo el pie de su esposo".


______________________________________________


   Otras ideas de vida en:      



   Este Blog:                      

domingo, 14 de julio de 2013

Idiotas encumbrados, destructivos, famosos.


IDIOTAS ENCUMBRADOS,

DESTRUCTIVOS, FAMOSOS.

 

Hugo Betancur

 

Asumimos posiciones frente a la vida a medida que pasa el tiempo de nuestras fugaces existencias humanas.

 

Interactuamos con los demás en relaciones funcionales, según las condiciones que hemos elegido cuando tenemos libertad para hacerlo, o según las condiciones que nos han sido programadas e impuestas cuando estamos subordinados a lo que otros deciden que hagamos.

 

Representamos los papeles correspondientes a nuestras personalidades en evolución.

 

En algunos momentos de este drama mundano, parecemos autónomos y dominantes; en otros momentos actuamos como dependientes y súbditos de las determinaciones de otros.

 

En estos escenarios de la Tierra, algunos personajes han transgredido el equilibrio en las relaciones y se han dado a la tarea conflictiva y escabrosa de someter a los demás y de imponerse sobre sus vidas.

 

Han presumido que ellos debían ser servidos y acatados y han maquinado desde sus posiciones de poder para trazar acciones destructivas y tácticas de control contra sus contemporáneos.

 

Estos personajes tuvieron un rasgo común: desempeñaron roles de idiotas. La palabra idiota es un adjetivo que proviene del griego διώτης, idiōtēs, de διος, idios -significaba “lo privado, lo particular, lo personal”-. Con la misma raíz διος encontramos otros sustantivos como idiosincrasia y también “idioma”.

 

En latín, la palabra idiota (una persona normal y corriente) precedió al término del latín tardío que significa «persona sin educación» o «ignorante». Según la acepción antigua, idiota era quien se preocupaba solo de sí mismo, de sus intereses privados y particulares, desdeñando o no dándose cuenta sobre cómo afectaban sus acciones su entorno social y qué consecuencias le acarrearían sus comportamientos –qué retribución tendría que experimentar por sus actos.

 

Estos idiotas fungieron como actores encumbrados con la disposición y los recursos apropiados para ejercer intimidación, violencia, y destrucción contra individuos o colectividades. Se desempeñaron como conductores de ejércitos o de hordas conquistadoras, o como emperadores o reyes, o como villanos o dictadores, o como líderes de gobiernos e instituciones, o como criminales aislados. La mayoría de estos sujetos oscuros fueron aniquilados después como retaliación por sus actos disociadores y crueles -otros realizaron actos suicidas, un modo tan trágico como sus desaforadas biografías, para abandonar los escenarios; otros fueron consumidos por graves enfermedades derivadas de sus insanos hábitos mentales.

 

Probablemente estos personajes representaron sus roles tempranos como niños caprichosos y demandantes empeñados en obtener la obediencia de sus padres y allegados con sus rabietas, sus llantos ruidosos y su hostilidad condicionadora –tiranos precoces manipulando las emociones y sentimientos de sus progenitores para su exclusivo provecho y placer-. Posiblemente refinaron ese infantil ejercicio de la maquinación hasta llegar a ser adultos ególatras y fanáticos que veían a los demás como sus sirvientes o como lacayos utilizables y dóciles.

 

Desde la antigüedad, ejercieron sus tácticas de terror contra seres humanos en situación de indefensión,  desventaja o vulnerabilidad. Avasallaron y constriñeron a personas aisladas o grandes grupos de población y se sintieron omnipotentes desde sus posiciones de poder.

 

Se desempeñaron como potestades locales o como cabecillas de huestes invasoras que doblegaron a sus víctimas inermes con sevicia. Fueron causantes de genocidios, de muertes físicas y devastación, de torturas, intimidación y desplazamiento o exilio forzado.

 

Fueron temidos y recibieron el culto que les rindieron sus sirvientes y oprimidos a sus personalidades perturbadas y a sus reinos efímeros.

 

Como niños torpes que no pueden prever el daño que puede causarles el filo del cuchillo con que juegan, esos personajes abyectos creyeron que su mando y su prominencia serían eternos e invencibles.

 

El ímpetu arrollador de la existencia y la reacción equilibradora de los seres vivos que decidieron cambiar el curso de los acontecimientos los fueron abatiendo progresivamente.

 

Quedaron sus historias, magnificadas o insuficientes, para describir su trivial grandeza y sus fechorías.

 

(Alguno de estos especímenes acudió al fanatismo nacionalista y a la supuesta superioridad de un grupo racial para instigar una imaginaria e imposible conquista del mundo. Su eslogan hostigaba a sus conciudadanos a creer que su nación era “la más grande”, lo que fue sólo una frase más de todas sus arengas para arrastrar a sus paisanos hacia la más terrible campaña homicida mundial y luego hacia la  derrota más aleccionadora en el expediente de las guerras).

Sin embargo, parece que estos brutales personajes hubieran tenido la tarea de promover grandes transformaciones humanas sacudiendo las mentes y obligando a las colectividades a integrarse bajo ideales promotores de respeto, mutualismo y convivencia pacífica, pagando por ello con el costo de millones de vidas inmoladas.

 

Una vez pasada la furia de la tormenta, los sobrevivientes reconstruyen sus moradas y modifican sus acciones, sus relaciones y su comprensión de los fenómenos experimentados.

 

La vida promueve sus revoluciones y sus cambios imperativos a pesar de los caprichos de las mentes individualistas y superando siempre los obstáculos de los violentos y de los idiotas*.  La “justicia poética”3 termina por imponerse a medida que la historia avanza y los personajes siniestros con sus crónicas, verosímiles o expandidas por la posteridad, quedan retratados inevitablemente como villanos en la galería del pasado.

 

Hugo Betancur (Colombia)

__________________________________________________*Idiota es un adjetivo que proviene del griego διώτης, idiōtēs, de διος, idios -significaba “lo privado, lo particular, lo personal”-.

    1 DRAE: Tonto o corto de entendimiento. U. t. c. s. U. t. c. insulto. 2. adj. Engreído sin fundamento para ello.

 

  2 DRAE: “Rasgos, temperamento, carácter, etc., distintivos y propios de un individuo o de una colectividad”.

3 DRAE “Del lat. idiōma, y este del gr. δίωμα, propiedad privada. Lengua de un pueblo o nación, o común a varios”).

4Thomas Rymer ideó la expresión “poetic justice” en su ensayo “The tragedies of the last age considered” (1678), para sugerir cómo una obra literaria debería inspirar el comportamiento ético ejemplarizando el triunfo del bien sobre el mal.

________________________________________

 

Otras ideas de vida en:

http://hugobetancur.blogspot.com/

http://ideas-de-vida.blogspot.com/

http://es.scribd.com/hugo_betancur_2

http://es.scribd.com/hugo_betancur_3

 

Este Blog:

http://pazenlasmentes.blogspot.com/